Hay
una línea muy fina...
No.
Espera..
No,
no hay línea.
Están
concatenadas ya..
las
canciones, los óleos, los versos
que
creemos crear
y
las
historias rebeldes que narra el mar,
las
tonadas tiernas del cucarachero,
la
pintura del atardecer
que
estremece el pecho
sin
cobrar entrada.
Son
todo encuentros.
Diferentes
puntas
de
un mismo hilo.
Tejido todo por la misma mano,
Tejido todo por la misma mano,
con
la misma intención.
Puntadas,
visiones, viento, acordes.
Viento
otra vez.
Recepción
salvaje o serena.
Conscientemente
percibida o no.
Esta conexión
no
acaba nunca.
(Y
nunca debe.)
Silenciosa creación
haciendo
el amor
con
la otra mitad
de
sí misma.
No
hay división,
porque
no hay necesidad de dividir.
¿Cuán consciente
de esta conexión
puedo permanecer,
mi querida guitarra?
¿Por cuánto tiempo
antes de que...
.......
Solsticio
pasó,
marcó,
y
está abrazando ahora
Así
que la sinfonía continúa,
pasado
el interludio.
Tocará
sentarse
frente al mar otra vez,
quien
rugirá como un cuaderno desafiante
pidiéndonos
la siguiente historia.
Y el siguiente verso,
Y el siguiente verso,
pedirá
el siguiente vino
que
acompanará la siguente canción.
Y
los pájaros
se
colgarán otra vez de los cedros,
a
contar
lo
que no escribimos.
Mientras
que nosotrxs,
hijas
e hijos perdidos
de
todo lo verde,
buscando
musa detrás de los semáforos..
A
nosotrxs
nos
tocará sentarnos, otra vez,
frente
al mar..
Para
re-unirnos
con
el arte viviente.
Ese
que está ahí para todxs.
Que siempre ha estado.
Que siempre ha estado.
A.